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Colombia: Como influyó el narcotráfico y el paramilitarismo en el triunfo de Alvaro Uribe Vélez

Entrevista realizada por la Revista Semana.com


Desde hace mas de 20 años Fabio Ochoa Vasco ha sido buscado por la justicia. A finales del año pasado fue incluido en la lista de los extraditables más buscados y por él se ofrece una recompensa de cinco millones de dólares



El gobierno de Estados Unidos considera a Fabio Enrique Ochoa Vasco uno de los más grandes capos del narcotráfico. Su rostro y sus datos biográficos fueron incluidos a finales del año pasado en el cartel de los extraditables más buscados del mundo. Por su captura ofrecen cinco millones de dólares de recompensa. Aunque su nombre resulta desconocido para la mayoría de los colombianos, puede ser uno de los hombres que más conocen el mundo del narcotráfico en las últimas tres décadas.

Ochoa nació en 1960 en el barrio Manrique, en las comunas de Medellín. Dos años más tarde, su padre, un ex mecánico de la Fuerza Aérea, decidió irse con su esposa y sus 17 hijos a probar suerte a Miami. Todos se hicieron ciudadanos estadounidenses, menos él.

En 1983, Ochoa purgó una condena de dos años en Estados Unidos por ingresar 10 kilos de marihuana. Cinco años más tarde, regresó a Colombia y trabajó al lado de Fernando Galeano, uno de los más importantes miembros del cartel de Medellín, y se hizo muy amigo de su jefe de seguridad, Diego Fernando Murillo, alias 'Don Berna'.

Conoció a su tocayo Fabio Ochoa Vásquez (del clan de los Ochoa) y, como ambos estaban en el mismo mundo y dedicados a los mismos 'negocios', decidió cambiar su nombre por el de Carlos Mario Vega, aunque sus amigos lo llamaban 'Kiko'. Estuvo con Pablo Escobar, a quien visitó con frecuencia en La Catedral, pero en 1992 terminó como miembro de los 'Pepes'.

Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, alias Adolfo Paz
Tras la muerte de Escobar, se convirtió en el hombre de confianza del nuevo patrón de la capital antioqueña: 'Don Berna'. Vio surgir el cartel del Norte del Valle y en 1994 se fue a vivir a México. Por esa época ya tenía cuatro solicitudes de extradición. Este no fue un impedimento para que viajara frecuentemente a Colombia utilizando tres pasaportes diferentes.

A comienzos de 2000 se le presentó a Salvatore Mancuso en una de sus fincas en Córdoba. El jefe paramilitar le pidió a Ochoa utilizar sus "contactos" en México para traer a Colombia un armamento para las AUC.

Durante los siguientes cinco años vivió en las entrañas de los paramilitares. Denuncia que Mancuso y otros miembros de las AUC traficaron toneladas de cocaína cuando ya estaban en pleno proceso de paz. Cuando sintió cerca los pasos de la justicia estadounidense, fue protegido por los paras, que no tuvieron inconveniente en esconderlo, como a muchos otros extraditables, en pleno corazón de Santa Fe Ralito.

También dice que fue testigo de cómo los paramilitares recogieron plata para sumarle votos a la candidatura presidencial de Álvaro Uribe.

Ochoa, que piensa contarle todo a la justicia, reveló increíbles secretos de las relaciones entre políticos, paramilitares y narcotraficantes.

Iván Roberto Duque, Salvatore Mancuso y Ramón Izasa, son recibidos como invitados de honor en el Congreso de la República de Colombia. Esto era de esperar, puesto que las AUC controlaban más del 35% de los congresistas. Salvatore Mancuso comenzó con una frase contundente y que tal vez podría resumir lo dicho durante la mañana: “Yo soy la prueba fehaciente del paramilitarismo de Estado en Colombia”.


REPORTERO: ¿Usted por qué decide hablar?
FABIO OCHOA VASCO: Porque Salvatore Mancuso está mintiéndole a la Fiscalía y no está contando toda la verdad.

REPORTERO: ¿Y usted qué tiene que ver con Mancuso?
F.O.V.: Yo conocí a Mancuso a principios de 2000 a través de mi cuñado. Él le habla de mí, le cuenta que yo vivo en México y me invita a una finca en Tierralta (Córdoba), la famosa 'Mueblería'. Él ya tenía su discurso de que las AUC no iban a dejar que el proceso de paz de las Farc con Pastrana saliera adelante y que ellos necesitaban generar dinero para crecer su ejército. Él empezó a necesitar de unos contactos en México y me pidió ayuda.

REPORTERO: ¿Ahí fue cuando usted comenzó a trabajar con él?
F.O.V.: A partir de ese momento comencé a conocerle sus negocios de narcotráfico, de armas, sus secretos y su relación con los políticos. Mancuso ya era narco y para. Ya tenía rutas a diferentes partes del mundo. Ya era un hombre rico. Ya tenía fincas, ganado y poder. El primer favor que me pidió era que él tenía un contacto en México y que necesitaba hablar con esa persona para importar un armamento. Yo le hice el favor. Busqué al señor mexicano que me dijo, lo encontré y se lo llevé hasta Montería. Ellos hicieron su negocio.

REPORTERO: ¿En qué consistía ese negocio?
F.O.V.: Se trató de una importación, a través de Honduras, de un armamento. Eran fusiles AK y R-15, rockets y munición. Ese armamento lo debe tener todavía Mancuso porque eso tardó un año y medio en llegar. Eso fue por lancha. Llegó como tres meses antes de que él se desmovilizara. Hasta donde yo sé, quedó guardado y no lo entregó cuando se desmovilizó. Eso entró por Puerto Escondido (Córdoba) y lo recibió Andrés Angarita, que era un comandante de confianza de él.

Mancuso dice que los generales Rito Alejo del Río, Martín Carreño e Iván Ramírez ayudaron a expandir el paramilitarismo. Por primera vez, uno de los hombres sindicados de crímenes de lesa humanidad da nombres de oficiales vivos que, según él, contribuyeron en su causa. El desmovilizado líder de las AUC aseguró ante la Fiscalía que los tres altos oficiales del Ejército –ya retirados- fueron vitales para el crecimiento delictivo de su organización en todo el país.


REPORTERO: ¿Cómo continuó su relación con Mancuso después de ese favor?
F.O.V.: Mancuso me pidió que le prestara unos muchachos del barrio Manrique en Medellín, que trabajaban conmigo en un proyecto de resocialización. Él los quería para que trabajaran con Andrés Angarita en Puerto Escondido montando un proyecto social parecido al que yo tenía en las comunas. Yo mando a los muchachos y ellos se dan cuenta de que lo que Mancuso hacía en realidad, era sacar droga por ese sitio.

REPORTERO: ¿Cómo se dan cuenta?
F.O.V.: Puerto Escondido era una zona de el 'Alemán'. Allá había una finca que tenía siete kilómetros de playa que había sido del narcotraficante hondureño Ramón Matta Ballesteros. Mancuso terminó quedándose con ella después de matar al administrador y la convirtió en una de sus principales salidas de droga.

REPORTERO: ¿De dónde sacaba la droga Mancuso?
F.O.V.: Mancuso controlaba dos zonas principalmente: el Catatumbo y Tierralta (Córdoba). Mínimo le daban 10.000 kilos mensuales. En el Catatumbo había varios bandos, pero Mancuso era el patrón.

REPORTERO: ¿Usted participó en esos negocios de droga, o cómo se explica que conozca ese tipo de información?
F.O.V.: Lo que pasa es que a través de mis amistades yo le ayudo a Mancuso con unas personas clave para sus negocios de droga. Yo fui una especie de enlace entre diferentes personas con él. Yo no puedo decir que soy una persona inocente sobre esos asuntos. Lo que pasa es que Mancuso ha dicho que yo era el patrón, y en realidad, el patrón era él.

REPORTERO: ¿Tiene pruebas para demostrarlo?
F.O.V.: Tengo, y muchas. Por ejemplo, Mancuso tenía un muchacho sanandresano llamado Javier Hooker. Él era el lanchero principal de Mancuso para sacar la droga por Puerto Escondido. Hooker se le empieza a salir de las manos y comienza a trabajar con otra gente. Lo que no ha contado Mancuso es que él lo mandó matar en 2004 por temor a que lo delatara, y el cuerpo está enterrado en una de sus fincas. Quien recibió la orden de asesinarlo está dispuesto a hablarle a la justicia. La otra prueba es de un muchacho que está en la cárcel de Cómbita. Él se llama René de Martini y fue arrestado en febrero de 2005, cuando fue incautada una lancha cerca de San Andrés con dos toneladas de cocaína. Él era el que le manejaba el supuesto proyecto social que tenía como fachada Mancuso en Puerto Escondido, pero en realidad era el que le supervisaba la salida de la droga hacia México.

REPORTERO: ¿Y cómo era el negocio de narcotráfico de Mancuso?
F.O.V.: Yo estuve con él desde 2000 a 2005. En ese tiempo vi cómo, en menos de año y medio, entre 2003 y 2005, Mancuso recibió 90 millones de dólares de la droga. La manera de demostrarlo es con testigos y documentos contables que tengo en mi poder. Lo mismo que sus aliados tarde o temprano estallarán y contarán también lo que saben.

REPORTERO: ¿Como quiénes?
F.O.V.: Como 'Jorge 40' y 'Diego Vecino'. 'Vecino' manejaba las rutas desde Cartagena hasta Lorica y las islas de San Bernardo del Viento, diagonal a Moñitos.

REPORTERO: ¿Y 'Jorge 40'?

Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40

F.O.V.: Los aviones pequeños que salían con droga despegaban de las pistas de 'Jorge 40' en Cesar que se las manejaba el comandante '39', a quien después mataron. Entre '40', 'Vecino' y Mancuso había total complicidad para el negocio de la droga. El problema es que él está confiado en que los otros no van a delatarlo. Sin embargo, entre ellos hubo muchos problemas por la droga. Cuando 'Jorge 40' aún no se había desmovilizado, le robó a Mancuso 2.300 kilos de coca en 2005 porque necesitaba plata. Eso creó un problema muy grande entre ellos, tanto que hasta Luis Carlos Restrepo tuvo que intervenir para calmarlos.

REPORTERO: ¿Cómo entraba Mancuso el dinero a Colombia?
F.O.V.: Lo entraban por diferentes rutas. Nunca en avión privado, sino por aeropuertos comerciales en donde se tiene que comprar mucha gente. 'Bon Ice', su hombre de confianza, era el que le recogía la plata en Bogotá y se la llevaba a Montería.

REPORTERO: ¿Dónde guarda todo el dinero?
F.O.V.: Él lo oculta a través de varios testaferros. Uno es 'Maroso', un ganadero importante de Córdoba. Otro es el 'Turco', que tiene una tienda de electrodomésticos en Montería. Tiene un grupo de abogados que armaron empresas y compraron unas fincas. Yo me asocié con Mancuso en algunas de estas propiedades y no pude pagarlas. Me cobró una multa y me costó la casa de mis hijos y unas propiedades de mi familia en Medellín. Ninguna de esas propiedades figura en las listas que tiene la Fiscalía y por eso él no las nombra. También tiene mucha plata encaletada. Y está mintiendo cuando le dice a la justicia que toda su fortuna está conformada por 4.000 hectáreas y 25 millones de dólares. No más en tierra tiene más de 100.000 hectáreas. Sólo en las fincas 'La Mueblería' , '00' y '05', que yo conozco bien, tiene 18.000 hectáreas y 120.000 cabezas de ganado.

Carlos Mario Jimenez Naranjo, alias Macaco y Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna

REPORTERO: ¿Usted está contando todo esto para vengarse de Mancuso?
F.O.V.: No. Lo que pasa es que él viene hablando de unas cifras muy equivocadas y no ha dicho la verdad sobre sus negocios de narcotráfico. Por ejemplo, no ha hablado de sus negocios con dos hermanos venezolanos quienes eran sus socios. Eran los que le manejaban gran parte de la droga que Mancuso sacaba del Catatumbo hacia Venezuela. La última vez que yo lo oí hablar sobre de esos negocios fue cuando mandó a 'Bon Ice' a ese país a recoger unas platas porque por esos días necesitaba urgentemente 25 millones de dólares para un negocio. Tampoco ha contado que en 2003, cuando comenzó el proceso de paz, tenía escondidas 72 toneladas de coca en Ralito listas para exportar. Ni ha mencionado que en 2005 sacó 23.000 kilos y los repartió. A 'Jorge 40' le dio 8.000 kilos para sacarlos por Cesar y Santa Marta, y 15.000 se los dio a sus socios venezolanos. Eso lo sé y lo vi porque por esa época Mancuso me tenía escondido en Ralito.

REPORTERO: ¿Como así que Mancuso lo tenía a usted escondido, si la zona de diálogos era sólo para los paramilitares que estaban en el proceso de paz?
F.O.V.: Él me escondió nueve meses porque me había salido un nuevo indictment (acusación de la justicia estadounidense) en noviembre de 2004. A él no le convenía que me capturaran y contara todo lo que sé de sus negocios de narcotráfico. Allí estuve con Ricardo 'Cayo' Castro, que está también es requerido por la justicia norteamericana. Ellos prometieron en los puntos de negociación meter a sus financieros y Mancuso me dice: "Quédese aquí". Y me dejó la finca '05' para que viviéramos ahí.

REPORTERO: ¿Quiénes más estaban escondidos allá en Santa Fe Ralito?
F.O.V.: También estaban escondidos otros extraditables. Conmigo éramos como 10. Es más, Juan Carlos, el 'Tuso' Sierra y yo nos reunimos una vez y pensábamos proponerle al gobierno una entrega de los que estábamos pedidos en extradición por Estados Unidos. A 'Cayo' y a mí nos protegía Mancuso, al 'Tuso" lo acogió 'Don Berna'. Había otros protegidos en Urabá por el 'Profe', Vicente Castaño. A mí no me pidieron a cambio nada. Pero a otros les cobraban por protegerlos. El precio dependía del marrano. Mancuso nos dijo que ellos podían convencer al gobierno de meternos dentro del paquete de la ley como paras, que ya todo estaba arreglado. Ellos pagarían seis años y los narcos avalados por las AUC pagarían máximo 12 años.

REPORTERO: ¿Y por qué estaban tan seguros de ese arreglo con el gobierno?

Senador Mauricio Pimiento y Eduard Cobos Téllez, alias Diego Vecino


F.O.V.: Porque cuando yo comencé a asistir a reuniones de las AUC, a finales de 2001, ya se hablaba de eso. Es más, recuerdo que yo estaba con Mancuso en la finca '05' y llegaron dos señores de Medellín. Yo escuché la conversación en donde básicamente ellos les proponían un proceso de paz muy favorable para las autodefensas, tanto que las AUC estaban felices y empezaron a reunir a todo el mundo porque los votos tenían que ser para Uribe y explicaban lo que él estaba dispuesto a hacer por ellos. Comenzaron a convocar a los líderes comunales, los mandamás y a trasladar gente para convencerla.

REPORTERO: ¿Quiénes eran esos dos señores?
F.O.V.: Yo no soy político, pero soy paisa. Y ellos eran paisas. Hablaron del proyecto de paz. Dijeron que había cabida para el que tuviera problemas en Estados Unidos. Y en otras reuniones, estuvieron empresarios, ganaderos y narcos a los que ellos pensaron que podían entrar y les dijeron que se prepararan para un proceso de paz. Algunos dijeron que darían plata para la campaña porque una de las promesas era que iba a ser un proceso en donde, si usted estaba acusado de autodefensa o tenía sospechas, se salvaba.

Senador Jorge Visbal y Salvatore Mancuso, Alias Santander Lozada

REPORTERO: ¿Y al final, quiénes dieron plata para la campaña?
F.O.V.: Yo le digo lo que yo vi. Antes de esconderme en Ralito yo visitaba a Mancuso con frecuencia en su finca, la '05'. En una de esas visitas, en marzo de 2002, cuando Uribe comenzó a repuntar en las encuestas, estaba conversando con Mancuso cuando llegó una camioneta Hilux y se bajaron dos hombres de unos 45 y 38 años, paisas, pero venían de Bogotá. Los vi cinco minutos cuando Mancuso les dio la orden a dos de sus hombres de seguridad de que subieran al carro tres maletas llenas de billetes de cien dólares. Es más, de esa plata yo aporté 150.000 dólares. Ellos se fueron rápido antes de que cerraran el aeropuerto. Iban para Bogotá.

REPORTERO: ¿Usted está consciente de lo que se está refiriendo?
F.O.V: Sólo les habló de lo que vi y de lo que me dijo Mancuso. Y no sé qué hicieron con esa plata, ni siquiera sé si le llegó a la campaña, si la dieron a los políticos regionales o si Mancuso se quedó con ella.

REPORTERO: ¿ Y usted por qué dio 150.000 dólares?

Senador Jorge Merlano y Rodrigo Antonio Mercado Peluffo, alias Cadena


F.O.V.: Yo di poco porque yo no era ni capo ni estaba en el proyecto, era simplemente una solidaridad hacia el comandante que era mi amigo. Pero me comprometí a movilizar en Antioquia a unas 5.000 personas y la orden era que tenían que votar por Uribe.

REPORTERO: ¿Y lo hizo?
F.O.V.: Claro. Hice reuniones, contraté buses y les di comida el día de las elecciones. Yo creo que en esa movilización en un día me gasté 300 millones de pesos. Yo no sé cuánta gente votó al final por él, pero el triunfo fue total.

REPORTERO: ¿Qué ganaba usted con eso, si no era paramilitar?
F.O.V.: Yo llevaba hasta ese momento 14 años en la clandestinidad. A mí me daba igual. Yo colaboraba porque pensé que Colombia necesitaba soluciones al tema del conflicto y al tema del narcotráfico.

Senadora Eleonora Pineda y Salvatore Mancuso, alias Santander Lozada

REPORTERO: Pero usted ya tenía antecedentes de haber trabajado con narcos de Medellín, como Fernando Galeano, asesinado por Pablo Escobar, y tenía desde los años 80 cuatro acusaciones por droga en Estados Unidos.
F.O.V.: Es verdad. Y estuve desde el 83 hasta el 85 en las cárceles de Oklahoma y Reno. En el 87 volví a Colombia y un año después conocí al 'Negro Galeano' y a 'Don Berna' porque era su jefe de seguridad. En el 88 me salió un indictment en el que me relacionaron con un negocio de mi hermano Mauricio. Yo no quise solucionar ese problema con Estados Unidos, pero mi hermano estuvo preso 10 años, salió con sida y murió a las cuatro semanas. Luego viví en Cali y después me fui para México, pero viajaba a Colombia frecuentemente. A finales de los 90 regreso a Medellín y me dedico a un proyecto de resocialización del barrio Manrique en las comunas.

REPORTERO: Pero, volviendo al tema de los aportes a la campaña, usted no habla sino de Mancuso. ¿Es que él fue el único que dio plata?
F.O.V.: Mi amistad era con Mancuso y por eso le hablo de lo que fui testigo. Él es de esos hombres que hacen alarde de todo. Incluso, unos cuatro días antes de las elecciones, le dio a su segundo comandante, Andrés Angarita, dos millones de dólares para que repartiera en Montería.

Uribe y Hernán Giraldo Serna narcotraficante y Jefe paramilitar de la Sierra Nevada, toman juntos una taza de chocolate.

REPORTERO: Pero en Montería perdió Álvaro Uribe.
F.O.V.: Mancuso cuando supo los resultados se emberracó, puteó y dijo que de ahora en adelante la gente de Montería iba a comer mierda. Pero Angarita no puede ser testigo porque él lo mandó matar. Pero después de que ganó Uribe las elecciones, Mancuso nos decía que ahora sí eran los cuatro años de nosotros y vamos a manejar esto como queramos.

REPORTERO: ¿Y por qué creer que usted está diciendo la verdad?
F.O.V.: Yo estuve con Mancuso cinco años. Lo conozco muy bien. Le aseguro que tarde o temprano él contará la verdad. Cuando vea que se le cierran las puertas para lograr una condena de justicia y paz, más la presión de los norteamericanos, que saben que él es el más grande capo que hay en Colombia, tratará de defenderse y contará sus alianzas con el presidente Uribe. Mancuso es un hombre traicionero.

REPORTERO: ¿Quién más, que pueda llegar a hablar, sabe sobre estas alianzas?
F.O.V.: Todos los comandantes que se sentaron la primera semana en la mesa de negociaciones saben la verdad. Saben que para estar donde están, metieron más de 10 millones de dólares. Tarde o temprano alguno se va a reventar porque se sienten traicionados por el gobierno.

REPORTERO: Como que traicionados. ¿Acaso no les ha ido bien?
F.O.V.: Mire, desde los 12 puntos iniciales del proceso era un ambiente de angustia porque el gobierno los había traicionado y cada vez que intentaban ponerle presión al gobierno, les respondían: ¡Hagan lo que quieran! Llegaba el comisionado Luis Carlos Restrepo y volvían a arrancar porque no todos son guerreros. Son personas que se lucraron con el negocio de la droga, se cansaron del monte y la riqueza que tienen no la quieren compartir con nadie. Es una oportunidad que no pueden perder.

REPORTERO: Usted mismo reconoce que el Comisionado de Paz era fuerte en su posición.
F.O.V.: Uribe fue muy inteligente al poner a Restrepo a negociar. Después de que matan a Castaño les cambian toda la torta y el Comisionado los pone a pelear entre ellos. Coge a uno por uno: "Usted se entrega y yo le ayudo con los norteamericanos", les decía. Fue muy astuto. Logró dividirlos. Yo fui a dos reuniones y el man les decía: "Ladrones, bandidos. Yo no hablo con ustedes como grupo... yo hablo con usted, Mancuso. Yo habló con usted, comandante. Y con usted". Y logró desunirlos con amenazas. El sí les habló duro. En cambio uno veía al ministro Sabas Pretelt hablar mal de ellos en los medios y después uno oía a Mancuso decir que él era amigo, que iba a trabajar para ayudarlos y que todo era un 'paro' que tenía que hacer públicamente.

REPORTERO: ¿Usted asistía a todas las reuniones de las AUC?
F.O.V.: No. Yo fui a algunas. Y estuve en las que Mancuso hacía en '05', donde yo vivía.

Carlos Castaño
REPORTERO: ¿En esos meses que estuvo en la finca de Mancuso supo algo de por qué razón mataron a Carlos Castaño?
F.O.V.: Mancuso pedaleó la muerte de Carlos Castaño. Ese día yo estaba en su finca y me levantó en la mañana para contarme que habían matado a Carlos. Él ya venía diciéndome que Carlos era una piedra en el zapato. Venía con el cuento de que estaba trabajando con la DEA y decía que iba a ser el tropiezo del proceso. Antes de la muerte de Carlos uno sentía la tensión que se vivía en la zona.

REPORTERO: ¿Por qué?
F.O.V.: Carlos Castaño empezó a agredirlos a ellos y a los amigos. Después de que Uribe es electo, Mancuso le ordena a la gente que Carlos no debía enterarse de nada de sus movimientos de mercancía, plata, ni de nada. Mancuso empieza a planear la muerte y pedalea para que el 'Profe', Vicente Castaño, dé el OK. A 'Berna' no lo tuvo que voltear porque en una reunión discutió con él porque no quería volver a ver a los narcos en la zona. Para Carlos, todo el que visitaba a 'Berna' era un narco y discutieron por la presencia de el 'Mellizo' y el 'Tuso'. En ese alegato Carlos le tiró una granada a una laguna en donde 'Berna' tenía peces y se los mató todos.

Vicente Castaño alias El Profe

A partir de ahí todo cambió. 'Berna', quien antes andaba con seis escoltas, empezó a andar con 22. Lo mismo Mancuso. Fuera de eso, venía el rumor de que Carlos estaba colaborando con la DEA. Mancuso aprovechó eso para convencer a todos los jefes paramilitares de matar a Carlos. Paradójicamente, Mancuso estaba haciendo lo mismo por lo que ordenó matar a Carlos: Negociando con la DEA.

REPORTERO: ¿Por qué Mancuso pasó de ser su amigo a ser su enemigo?
F.O.V: Porque me delató ante la Dea y les dijo que yo era el nuevo Pablo Escobar de Colombia. Gracias a su delación, mi vida vale hoy cinco millones de dólares que es lo que ofrecen los gobiernos de Estados Unidos y Colombia por mí. Es parte de su estrategia, ya que en caso de ser extraditado, tiene la coartada para echarme a mí la culpa de todos sus negocios de narcotráfico. Pero aparte de eso, la verdad es que cuando Mancuso dijo que él sólo "tuvo que cuidar cultivos de coca cobrar impuestos y vender la coca para financiar la guerra" es falso. Mancuso es un capo y yo tengo las pruebas para demostrarlo en mi defensa ante la Fiscalía colombiana o si llego a ser extraditado a Estados Unidos.

REPORTERO: ¿Cuándo fue la última vez que habló con Mancuso?
F.O.V.: El día antes de que capturaron a 'Berna' en Ralito, en 2005. Ese día me llamó por el radio para decirme que el comisionado Luis Carlos Restrepo lo había llamado para decirle que iban por Bernardo. Al otro día me fui de Ralito y salí del país. Jamás volví a hablar con él.

REPORTERO: ¿Usted estaría dispuesto a contarle todo esto a la justicia?
F.O.V.: Cuando a mí me lleven a juicio, yo voy a contar la verdad porque me siento traicionado por Mancuso. Se ha dedicado a engañar a un poco de gente. Habla más fácilmente de los muertos que de los vivos. Yo lo que quiero es desmantelar las mentiras de un capo tan grande como Mancuso, que vale 500 millones de dólares...

Impactante confesión de un paramilitar colombiano







Magnicidio

Con mezcla de frialdad y quizá con un poco de humor negro, el líder del movimiento aseguraba en todas las entrevistas que lo iban a matar.
 
Una predicción que no resultaba difícil después del asesinato de centenares de militantes de ese movimiento de izquierda que surgía con un gran respaldo popular que no se veía en Latinoamérica  desde hacía mucho tiempo y en Colombia desde la época de Jorge Eliécer Gaitán.
 
Su presentimiento se cumplió el 22 de marzo de 1990. Cuatro balas disparadas desde una Mini-Ingram por un joven que lo esperaba en el Puente Aéreo de Bogotá, acabaron con su proyecto de una izquierda moderna y democrática y se convirtió en uno de los tres candidatos presidenciales asesinados en la sangrienta campaña de 1990.
 
Ya estaba muerto el candidato del Nuevo Liberalismo, Luis Carlos Galán y sólo faltaba un mes para que acabaran con la vida del recién desmovilizado del M-19 y también candidato a la presidencia, Carlos Pizarro Leongómez.
 
Jaramillo Ossa tuvo éxito en la política por su franqueza. Quienes lo conocieron, lo catalogaban como un social demócrata, un visionario y un hombre de cambio. 
 
Nació en Manizales en 1956 y se graduó en Derecho y Ciencias Políticas. Pronto se convertiría en un importante dirigente agrario en el Urabá Antioqueño, militante del Partido Comunista Colombiano y tras la expulsión de esa colectividad por plantear reformas ideológicas y abrir paso a la concertación y a la democratización sin abolir la propiedad privada, asumiría la presidencia de la Unión Patriótica después del asesinato de su dirigente, Jaime Pardo Leal en 1987. 
 
Este abogado manizalita acertó, hace 20 años, en lo que sería la degradación del conflicto armado colombiano. Advirtió el fortalecimiento de las estructuras paramilitares y su complicidad con el Estado y el narcotráfico, y señaló la pérdida del horizonte político de la guerrilla de las Farc, subrayando incansablemente que la única salida posible era el diálogo. En repetidas ocasiones aseguró que la UP no necesitaba de las Farc, ante las denuncias de sus contradictores que señalaban a ese movimiento como brazo político de la guerrilla. 
 
“Sé que la única salida política al conflicto armado pasa por el diálogo entre gobierno e insurgencia y la interlocución válida de la sociedad civil para encontrar caminos de reconciliación”, afirmaba en Jaramillo en sus discursos y siempre resaltaba que “no se puede ser consecuente con la paz ni hablar de paz mientras no se combate efectivamente a los grupos paramilitares ni se castiga ejemplarmente a los miembros del Estado comprometidos en la violencia contra la población civil”. 
 
Jaramillo Ossa confiaba en que un proceso de paz no debía resumirse a la entrega de armas por parte de la insurgencia, sino que debería alcanzar transformaciones profundas en una sociedad inequitativa como la colombiana. Por eso fue uno de los principales veedores del proceso de desmovilización de la guerrilla del M-19 y su transformación en partido político, perseguido y exterminado al igual que la Unión Patriótica.
 
Su muerte 
 
Bernardo Jaramillo Ossa llegó al Puente Aéreo de Bogotá a las 7:30 a.m el jueves 22 de marzo. Lo acompañaban Mariela, su esposa, once escoltas del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), dos de la Policía y dos de la Unión Patriótica (UP).

La pareja abordaría un vuelo de Avianca, rumbo a Santa Marta, para gozar de la luna de miel que no habían podido tener por las múltiples ocupaciones del dirigente político. 
Su esposa recuerda que justo ese día no quiso llevar el chaleco antibalas que siempre usaba por ser uno de los hombres más amenazados del país. 
 
Una hora antes, un joven de 17 años, vestido de corbata y un maletín en su mano, llegó a la terminal aérea y confirmó un pasaje de Avianca en el mismo vuelo a Santa Marta. Las autoridades lo identificaron después como Andrés Arturo Gutiérrez, el menor de cuatro hijos de una familia que vivía en el barrio Enciso de Medellín. 
 
Minutos después, tres hombres se acercaron al joven y le entregaron una ametralladora Miningram, calibre nueve milímetros y una fotografía del líder de la UP. Luego se alejaron. Andrés Arturo agarró el arma, la escondió en su saco y esperó sentado en los pasillos del terminal fingiendo leer un periódico y esperando el momento preciso para actuar. 

Todo estaba planeado. Si el primer intento en el Puente Aéreo fallaba, había otro joven que también abordaría el avión para asesinar a Jaramillo en pleno vuelo. Pero si éste también fallaba, otro grupo de sicarios lo esperaba para ultimarlo en el aeropuerto de Santa Marta.

Ese joven que abordaría el avión se llamaba Gerardo Martínez, quien un mes después acabó con la vida del recién desmovilizado del M-19, Carlos Pizarro Leongómez. 
Andrés Arturo le disparó a Bernardo a las 8:05 a.m. El sicario desenfundó la ametralladora y la accionó escondiéndola con el periódico. En menos de un minuto descargó las 33 balas del proveedor. 

Cayó herido, tenía cuatro impactos en el tórax. Mariela, su esposa, se tiró a su lado para protegerlo. Herido, Jaramillo le dijo a su esposa: “Mi amor, no siento las piernas. Estos hijueputas me mataron, me voy a morir. Abrázame y protégeme”.

Y allí quedó su anhelo de una patria democrática, equitativa e incluyente. Y allí quedaron sus sueños, repetidos en varias entrevistas, de tener la posibilidad de caminar por las calles sin escoltas, de ir tranquilo a una heladería, sentarse en una banca de un parque para darle de comer a las palomas, leer un periódico o entrar a un cine.

El exterminio de la Unión Patriótica dejó como saldo el asesinato de dos candidatos presidenciales, nueve congresistas, 70 concejales y decenas de diputados, alcaldes y líderes políticos. Se habla de más de 4 mil víctimas, muchos de ellas desaparecidas.

Días antes del asesinato de Jaramillo Ossa, entre los dirigentes de la UP causó revuelo unas declaraciones de Carlos Lemos Simonds, ministro de gobierno del presidente Virgilio Barco. Lemos Simmonds sostuvo en entrevista con Colprensa que “el país ya está cansado y una prueba de ese cansancio es que en estas elecciones votó contra la violencia y derrotó al brazo político de las Farc que es la Unión Patriótica. Se van a enojar porque les estoy diciendo esto, pero ellos saben que es así”. 

Dirigentes de la UP reaccionaron diciendo que esas afirmaciones ponían en riesgo la vida de sus militantes.

¿Quién ordenó su asesinato?

Esa misma mañana, el general Maza Márquez, director del DAS, atribuyó la autoría intelectual del asesinato al capo del cartel de Medellín, Pablo Escobar en su guerra terrorista que había asesinado meses atrás al candidato presidencial Luis Carlos Galán. Pero el poderoso narcotraficante envió una carta declarándose “adolorido” y negó categóricamente ser el autor intelectual del crimen.

Los Castaño, jefes paramilitares, entonces se convirtieron en el foco de las miradas. En su libro “Mi confesión”, Carlos Castaño afirma que su hermano Fidel dio la orden de asesinar al dirigente de la UP. Otras hipótesis hablaron de escuadrones de la muerte cercanos a organismos del Estado e incluso de sectores de las Farc, incómodos con las reiteradas condenas de Jaramillo a la lucha armada. 

Veinte años después, lo único que se ha conseguido acaba de suceder: el crimen fue considerado de lesa humanidad para evitar que su investigación prescriba.


La Seguridad Democrática llegó a su techo: Arco Iris


En su balance anual sobre el estado del conflicto armado en Colombia, la Corporación Nuevo Arco Iris asegura que si bien hubo éxitos militares contra las Farc, éstas han recuperado territorios; el Eln ha renacido y los paras están generando más violencia que la guerrilla.

La Seguridad Democrática está apunto de cumplir ocho años y aún así la violencia en Colombia sigue siendo extraordinaria y los grupos ilegales armados, poderosos. Es verdad que la gente se siente más segura por los golpes a las Farc y que seguramente, para la época de fin de año, las carreteras del país volverán a congestionarse de turistas que hoy tienen más confianza en la protección que les brinda la fuerza pública que hace una década.

Sin embargo, la situación de seguridad es más difícil de lo que parece porque los avances de los últimos años no siempre se han podido sostener. Así lo revela este miércoles la Corporación Nuevo Arco Iris, que dirige el politólogo León Valencia, en su informe “¿El declive de la seguridad democrática?” que, basado en cifras oficiales y una detallada investigación de campo, determina qué tanto las Farc se han adaptado a la ofensiva militar y la resisten con gran costo para la fuerza pública; el Eln renace en alianza con narcotraficantes en unos lados y en otros erradicando cultivos ilícitos; los paramilitares están generando más violencia que las guerrillas y no sólo son bandas de narcos, sino que en algunas zonas actúan política e ideológicamente; y se han explayado las bandas emergentes en Bogotá y Medellín, en lo corrido del año.

Dice Nuevo Arco Iris que la Política de Seguridad Democrática ha llegado a un techo en términos de resultados militares y que ahora existen sólo dos alternativas: o se profundiza en la guerra o se escoge la vía negociada.

El informe revela que las acciones de los paramilitares aumentaron en 2009 a tal punto que lograron superar las de las Farc. (Ver artículo)

En cuanto a las Farc, entre enero y el 20 de octubre del 2009 el número de acciones militares se incrementaron en algo más del 25 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior. Lo más grave es que están utilizando las minas antipersona como su principal estrategia para mantener a raya a las Fuerzas Militares.

“El sembrado de minas antipersona es una táctica defensiva, con la que se busca impedir la penetración a los campamentos, la erradicación de cultivos ilícitos, proteger las zonas de control, evitar la persecución por tierra. A las minas antipersona se han sumado lo que ellos denominan campos minados muertos, que son activados a control remoto o detonados al paso de patrullas de la fuerza pública. Es decir, han desarrollado minas con carácter ofensivo”, señala Nuevo Arcoiris.

En cuanto a la recuperación plena del territorio por parte del Estado, dice Nuevo Arco Iris que “hace falta recuperar un 55 por ciento del territorio nacional, es decir, que necesitaríamos una inversión alta para llevar a las Farc a su derrota militar (...) cerca de 300 municipios se encuentran afectados por la presencia de los grupos emergentes, rearmados y disidentes, el Eln presenta un fortalecimiento en Cauca, Nariño y Arauca, y la inseguridad urbana se ha incrementado en el último año. Con ello, cerca de 600 de los 1090 municipios presenta actividad de los grupos armados ilegales”.

Zonas de guerra

En 2009 se configuraron tres ejes o corredores de conflicto. El primero está en el Pacífico colombiano que comprende Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño. Allí las Farc han entablado una fuerte confrontación contra el ELN y contra Los Rastrojos, además de un fortalecimiento de los denominados grupos emergentes rearmados y disidentes.

El segundo corredor es Arauca, Casanare, Meta, Vichada y Guaviare, donde el tema agrario y de ocupación de la tierra pasa necesariamente por las Farc. El tercer corredor de conflicto es la región del Norte del Chocó, el Urabá antioqueño, el norte Antioqueño, el bajo Cauca Antioqueño, el Sur de Bolívar, parte del departamento de Santander y Norte de Santander, donde la tierra, algunos proyectos de hidroeléctricas, explotaciones mineras, los cultivos y rutas de narcotráfico han marcado el devenir de las disputas en esta región del país.

El informe también destaca las acciones de los militares en las zonas centrales de Colombia: “La captura de uno de los comandantes guerrilleros del Frente 22, alias el Negro Antonio y la muerte de algo más de 25 guerrilleros en los operativos desarrollados por la fuerza pública en el páramo del Sumapaz muestran el nivel de control de la fuerza pública en el centro del país. Operativos similares se produjeron en el norte del Tolima que causó la muerte del comandante principal del frente 25”.

Un fenómeno se está dando en el sur oriente del país, donde se viven dos estadios de confrontación fuerte. Uno es en el Guaviare, donde la reactivación de las Farc después de la Operación Jaque ha sido evidente. “Miraflores está prácticamente sitiada por las Farc. Según fuentes militares, las Farc han abierto un nuevo frente en la región, el 81, también llamado ‘Reinaldo Cuellar'. Aseguran que el Frente 1 que solía tener presencia en la Amazonía se desdobló dando origen al 81 en el Guaviare, por eso, aunque no tenga más hombres, parece que estuviera creciendo”, cita el informe.

El ELN sobrevive

Tras la desmovilización de los paramilitares, el ELN ganó el control de algunas zonas en Arauca, Cauca y Nariño, donde hasta hace muy poco mantenía una tendencia a desaparecer. La investigación señala que el fortalecimiento de este grupo, que hoy hace presencia en 22 municipios más comparado con el año pasado, se debe a las alianzas con otros grupos armados ilegales como “Los Rastrojos”.

“El fortalecimiento del ELN en estas regiones y en general de otros grupos armados ilegales no obedece únicamente al narcotráfico. Por ejemplo, en Arauca el ELN siempre se ha mantenido renuente a ingresar al negocio del narcotráfico e incluso la reducción sustancial del cultivo de hoja de coca en algunos municipios del departamento es producto de la presión de este grupo armados ilegales que obliga a los campesinos a erradicarla”, dice el documento.


 
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