Madres norteamericanas reclaman regreso de sus hijos de Iraq
Washington, 10 abr (PL) La decisión del gobierno de Estados Unidos de mantener por tiempo indefinido a sus tropas en Iraq preocupa hoy a decenas de miles de madres norteamericanas.
Elsie Santiago expresó que vive con angustia por su hijo, el soldado Juan Santiago, quien se encuentra desplegado en la nación del Golfo Pérsico.
“Al principio yo estaba de acuerdo con ir a la guerra pero ahora veo que nuestros hijos no están haciendo nada allá”, comentó a El Diario-La Prensa.
Santiago rechazó la decisión del presidente George W. Bush de aplazar de forma indefinida cualquier retiro de las tropas.
“Para cualquier padre es demasiado frustrante ver que sus hijos entran a la milicia buscando un futuro mejor y terminan envueltos en un conflicto que ya no sabemos cuando va a terminar”, comentó Doly Serna, presidenta del Concilio de Familiares y Amigos de Militares Muertos, Activos y Desaparecidos en la guerra.
Serna, cuyo hijo Carlos Andrés Toro regresó hace poco de Iraq, indicó que como madre se siente atada de manos frente a los anuncios del alto mando militar.
“¿Cuánto llevamos en esta guerra? ¿Cinco años? ¿Y qué hemos recibido? cuatro mil muertos”, declaró por su parte Pamela Muthveren, progenitora del soldado Joseph Muthveren.
Este jueves el diario La Opinión criticó la falta de una estrategia clara del gobierno de Estados Unidos en Iraq y denunció el costo humano y material del conflicto.
¿Cuándo sabremos que se ha avanzado lo suficiente para acabar con esta guerra? ¿Puede Estados Unidos mantener a sus tropas allí de manera indefinida, sin dañar permanentemente su capacidad militar?, pregunta el rotativo californiano en un editorial.
Según cifras oficiales, más de cuatro mil militares estadounidenses han muerto en esa nación del Golfo Pérsico desde el inicio del conflicto, en marzo de 2003.
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz estimó en tres billones de dólares el gasto para el contribuyente norteamericano de la conflagración.
acl/rob
Muchas madres venezolanas reclaman pero no tienen quién las oiga. De todos modos sus hijos no pueden volver de ninguna parte porque los mató el hampa.
Buen intento de echarnos arena en los ojos para que no pensemos en nuestros problemas. Pero te tengo malas noticias. Los venezolanos no somos tan estúpidos. Ya no.