Mi perfil...

Hola soy Moliere, un perro en la red. Mi raza es Golden Retriever, aunque no le paro a eso porque perro es perro. Soy humanista y de izquierdas, por lo que se me puede catalogar como revolucionario y anti imperialista. Tengo un gran olfato político, lo que me ha consagrado como analista y generador de escenarios predictivos. Como soy perro, entro a todos lados como perro por su casa...

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...esto si que me ha dado algunas ventajas comparativas. He creado un Blog porque la gente desconoce el punto de vista perruno, no saben que opinamos de la política, del arte y la farándula, de la ciencia y la cultura, desconocen cuales son las cosas que nos hacen reír o entristecer. Si señor, de ahora en adelante... hay un perro en la red.

La Decadencia Imperial Norteamericana

Acuerdo entre Francia y Brasil marca el principio del fin de la era injerencista del Imperio yankee en Latinoamérica

El acuerdo firmado el 7 de septiembre por Luiz Inacio Lula da Silva y Nicolas Sarkozy completa el viraje estratégico producido en la región con la decadencia de la hegemonía de Estados Unidos y el ascenso de Brasil como potencia global. Nace un complejo militar-industrial autónomo en el que alguna vez fuera el patio trasero del imperio, que consigue blindar la Amazonia y las reservas de hidrocarburos descubiertas en el litoral marítimo brasileño. Por si fuera poco, se informó que Brasil está en condiciones de fabricar armas atómicas.

El 5 de septiembre, el general Luiz Eduardo Rocha Paiva, profesor de la Escuela del Estado Mayor del Ejército, firmó un artículo de análisis en el sitio militar Defesanet: “La miopía estratégica y la indigencia militar son las mayores amenazas a la soberanía de Brasil”. Desde una perspectiva conservadora, critica de modo frontal la reacción de su país a la instalación de siete bases estadunidenses en territorio colombiano. Dice: “no serían un problema si Brasil dispusiese de poder militar a la altura de la posición que pretende adoptar en el escenario internacional. Lo que nos amenaza es nuestra debilidad”.

El artículo refleja el estado de ánimo de los militares brasileños, que temen una intervención de potencias occidentales que desde 1990 buscan “imponernos una soberanía compartida” en la Amazonia. La sensación de debilidad creció desde que un año atrás fueron descubiertos 50 mil millones de barriles de petróleo en el mar de Brasil, a siete kilómetros de profundidad. Esos recursos serán explotados por el Estado y no por empresas privadas, según propone Lula, con lo que Brasil se coloca como una de las principales estrellas del emergente BRIC, combinando una potente industria con autonomía energética que no todos poseen.

Faltaba la autonomía militar. El acuerdo con Francia le permite comprar cinco submarinos, uno nuclear, y 50 helicópteros de transporte militar por un valor de 12 mil millones de dólares. Con la anunciada adquisición de 36 cazabombarderos Rafale de la francesa Dassault, la cifra se elevaría a 18 mil millones de dólares, pero la prensa gala estima que la compra puede ascender a 120 aviones. Si se confirma la preferencia de Lula por el aparato francés, habrá quedado por el camino el F-18 Hornet de Boeing, en una decisión política que se ha interpretado como una “declaración de guerra” a Washington.

El negocio incluye la adquisición por Francia de 10 aviones de transporte militar KC-390 brasileños para sustituir los Hércules C-130 estadunidenses. Con ser importante, el negocio es apenas un detalle menor al lado de la masiva transferencia de tecnología que conlleva la alianza.

El acuerdo contempla la construcción de astilleros en Río de Janeiro, donde serán construidos los submarinos Scorpene; en tanto, los helicópteros serán armados en Minas Gerais por la empresa binacional Helibras, filial de la europea EADS.

Con los aviones de combate la cuestión es más ambiciosa. “La adquisición de los Rafale no será una mera compra, porque se construirán en Brasil y existirá la posibilidad de que sean vendidos en América Latina”, dijo el canciller Celso Amorim. Las seis primeras aeronaves las entregará Francia, pero las 30 restantes serán ensambladas por la brasileña Embraer, que ya es la tercera empresa aeronáutica del mundo detrás de Airbus y Boeing, y fabrica aviones de combate, aunque no cazabombarderos de última generación. El contrato a estudio considera que Brasil podrá vender los cazas Rafale en Sudamérica, lo que da idea de la trascendencia de una alianza que, en los hechos, lo convierte en un avión de combate franco-brasileño.

De ese modo, Brasil pasa a ostentar la mayor flota naval de América Latina y una industria capaz de abastecer a sus fuerzas armadas de modo permanente según la evolución de los acontecimientos en la región. Brasil estará entre los once países del mundo capaces de fabricar cazabombarderos. El monto de los acuerdos, si se incluyen los Rafale, sería cuatro veces superior al costo del Plan Colombia. Así Brasil completa un giro radical: hace siete décadas, durante la Segunda Guerra Mundial, Getulio Vargas alineó a su país con Estados Unidos. Ahora Lula proclama la “segunda independencia”, como dijo cuando propuso la creación de Petrosal, la empresa estatal encargada de monitorear la explotación de yacimientos que ahora protegerá la marina.

Quien crea que es una política del gobierno de Lula está equivocado. Es una opción del Estado brasileño, largamente planificada –los acuerdos con Francia fueron negociados más de un año–, pero acelerada por la decisión del Comando Sur de convertir a Colombia en una gigantesca base militar. El Parlamento de Brasilia aprobó en tiempo récord de 48 horas los fondos para la compra de los cinco submarinos y los 50 helicópteros.

Más claro fue el comandante de la marina, Julio Soares de Moura Neto, quien respondió a un cuestionamiento del conservador Folha de Sao Paulo sobre el elevado gasto militar: “Los brasileños precisan tener conciencia de que tenemos riquezas inconmensurables en el mar, y la marina debe estar preparada para defender nuestra soberanía sobre ellas”. Agregó que la reactivación de la Cuarta Flota “no fue ni política ni diplomáticamente informada a Brasil”, con lo que la pretendida alianza entre la Casa Blanca y Planalto se disolvió en las nieblas del militarismo.

La alianza entre Francia y Brasil echa luz sobre los verdaderos acontecimientos del continente; las cosas se han invertido: ya no son los gobiernos díscolos del sur los que pretenden poner palos en la rueda de la hegemonía estadounidense. Es la Casa Blanca la que intenta frenar el ascenso de Brasil al rango de potencia global, lo que inevitablemente supone el ocaso de Estados Unidos en la región.

Raúl Zibechi

LAS CINCO ÁGUILAS BLANCAS


Tulio Febres Cordero

Cinco Aguilas Blancas volaban un día por el azul del firmamento, cinco águilas enormes, cuyos cuerpos resplandecientes producían sombras errantes sobre los cerros y montañas. ¿Venían del Norte? ¿Venían del Sur? La tradición indígena solo dice que las cinco águilas blancas vinieron del cielo estrellado en una época muy remota.

Eran aquellos los días de Caribay, el genio de los bosques aromáticos, primera mujer entre los Indios Mirripuyes, habitantes de los Andes empinados. Era hija del ardiente Zuhé y la pálida Chía; y remedaba el canto de los pájaros, corría ligera sobre el césped como el agua cristalina y jugaba como el viento con las flores y los árboles.

Caribay vio volar por el cielo las enormes águilas blancas, cuyas plumas brillaban con la luz del sol como láminas de plata; y quiso adornar su coraza con tan raro y espléndido plumaje. Corría sin descanso tras las sombras errantes que las aves dibujaban en el suelo; salvó los profundos valles; subió a un monte y a otro monte; llegó al fin, fatigada, a la cumbre solitaria de las montañas andinas. Las palmas lejanas e inmensas, se divisaban por un lado, y por el otro, una escalada ciclópea, jaspeada de gris y esmeralda, la escalada que forman los montes iba por la onda azul del Coquivacoa.

Las águilas blancas se levantaron perpendicularmente sobre aquella altura hasta perderse en el espacio. No se dibujaron más sus sombras sobre la tierra. Entonces Caribay paso de un risco a otro risco por las escarpadas sierras, regando el suelo con sus lágrimas. Invocó a Zuhé, astro Rey, y el viento se llevó sus voces. Las águilas se habían perdido de vista, y el sol se hundía en el ocaso. Aterida de frío, volvió sus ojos al Oriente, invocó a Chía, la pálida luna, y al punto se detuvo el viento para hacer silencio. Brillaron las estrellas, y su vago resplandor en forma de semicírculo se dibujó en el horizonte. Caribay rompió el augusto silencio de los páramos con un grito de admiración. La luna había aparecido, y en torno a ella volaban las cinco águilas refulgentes y fantásticas.

Y en tanto que las águilas descendían majestuosamente, el genio de los bosques aromáticos, la india mitológica de los Andes, moduló dulcemente sobre la altura su selvático cantar. Las misteriosas aves revoloteaban por encima de las crestas desnudas de la cordillera, y se asentaron al fin, cada una sobre un risco, clavando sus garras en la viva roca; y se quedaron inmóviles, silentes, con las cabezas vueltas hacia el Norte, extendidas las gigantescas alas en actitud de remontarse nuevamente al firmamento azul.

Caribay quería adornar su coraza con aquel plumaje raro y espléndido, y corrió hacia ellas para arrancarle las codiciadas plumas, pero un frío glaciar entumeció sus manos, las águilas estaban petrificadas, convertidas en cinco masas enormes de hielo. Caribay da un grito de espanto y huye despavorida. Las águilas blancas eran un misterio pavoroso.

La luna se oscurece de pronto, golpea el huracán con siniestro ruido los desnudos peñascos, y las águilas blancas despiertan. Erizanse furiosas y, a medida que se sacuden sus monstruosas alas, el suelo se cubre de copos de nieve y la montaña toda se engalana con su plumaje blanco.

Este es el origen fabuloso de las Sierras Nevadas de Mérida. Las cinco águilas blancas de la tradición indígena son los cinco elevados riscos siempre cubiertos de nieve. Las grandes y tempestuosas nevadas son el furioso despertar de las águilas, y el silbido del viento en esos días de páramo es el remedo del canto triste y monótono de Caribay, el mito hermoso de los Andes de Venezuela.

Las tropas colombianas matan campesinos y los hacen pasar por guerrilleros


By Juan Forero
Washington Post Foreign Service
Sunday, March 30, 2008; Page A01

SAN FRANCISCO, Colombia -- Todo lo que Cruz Elena González vio cuando los soldados pasaron cerca de su casa era un cadáver envuelto y atado con una correa a una mula. Un guerrillero muerto en combate, uno de los soldados murmuró, cuando caminaron en frente de su hogar en una ciudad del noroeste en Colombia.

Ella pronto se enteró que el cuerpo perteneció a su hijo de 16 años, Robeiro Valencia, y que los soldados lo habían clasificado como guerrillero muerto en combate, una acusación desacreditada más adelante por el órgano de derechos humanos del gobierno local. “Imagínese lo que sentía cuando mi otro hijo me dijo que era Robeiro,” González dijo al contar de nuevo la matanza de agosto. “Él era mi muchacho.”

Financiado en parte por la administración de Bush, una ofensiva militar de seis años ha ayudado al gobierno a arrebatar el territorio que una vez que fue controlado por la guerrilla y a la muerte de centenares de rebeldes estos últimos meses, incluyendo dos comandantes superiores de las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia, FARC.

Pero bajo presión intensa de comandantes militares colombianos para que existan guerrilleros muertos en el combate, el ejército también ha estado matando estos últimos años cada vez más granjeros pobres y los ha estado pasando por rebeldes muertos en combate, por fuentes de funcionarios del gobierno y grupos de derechos humanos. La táctica ha provocado un discusión feroz en el ministerio de defensa entre los generales conservadores que favorecen una campaña agresiva que se centre en recuentos de víctimas y los reformadores que dicen ue el ejército necesita desarrollar otros criterios para medir el éxito en el campo de batalla.

Las matanzas, realizadas por las unidades de combate bajo órdenes de comandantes regionales, han sido siempre un problema en el conflicto de 44 años -- uno que enfrenta al ejército contra un movimiento rebelde basado en campesinos.

Pero con la desmovilización reciente de millares de combatientes paramilitares, muchos de los cuales formaban los escuadrones de la muerte para eliminar los rebeldes, las matanzas del ejército de civiles han crecido de forma marcada desde 2004, según grupos de derechos humanos, los investigadores de las Naciones Unidas y el ministerio del interior del gobierno. El repunte ha venido durante un rearme militar que duplicado las fuerzas armadas a casi 270.000 miembros en los seis años anteriores para ser la segunda fuerza militar en América latina.

Existen diferentes estimaciones del número de matanzas extrajudiciales registradas, muertes de civiles como son llamadas. Pero un informe por una coalición de 187 grupos de derechos humanos dijo que hay alegaciones de que han muerto 955 civiles entre mediados de 2002 y mediados de 2007 y clasificados como guerrilleros caidos en combate -- un aumento del 60 por ciento durante los cinco años anteriores, cuando divulgaron 577 civiles matados por las tropas.

“Veíamos esto como algo aislado, como una patrulla militar había perdido el control,” dijo Bayron Gongora de los Grupos de Libertad Judicial, un grupo de abogados de Medellin que representa a las familias de 110 personas muertas en circunstancias vergonzosas. “Pero qué ahora estamos viendo es sistemático.”

Las víctimas son marginados en la sociedad altamente estratificada de Colombia. La mayoría, como Robeiro Valencia, son agricultores de subsistencia. Otros son Colombians pobres secuestrados de las calles de la populosa Medellin, la capital de este estado, Antioquia, donde se han observado la mayoría de los asesinatos.

Amparo Bermúdez Davila dijo que su hijo, Diego Castañeda, 27, desapareció de Medellin en enero de 2006. Dos meses más adelante, las autoridades llamaban para decir había sido muerto, otra muerte del campo de batalla. Para convencerla, le mostraron una fotografía de su cuerpo, vestido en camuflaje.

“Dije, “guerrillero?” “ella recordó. “Mi hijo no era guerrillero. Y me dijeron que si pensaba que él no era guerrillero, debía presentar una queja.”

Los querellantes militares inician ordinariamente investigaciones cuando el ejército mata a alguien. En los casos que parecen criminales, los querellantes civiles asumen el control, como hicieron en los asesinatos de Valencia y Castañeda en San Francisco. Pero los grupos de derechos humanos y los querellantes del gobierno dicen que las pruebas iniciales han sido generalmente superficiales, y los investigadores han estado bajo presión intensa de altos oficiales del ejército para decidir en favor del ejército.

Tales desafíos han hecho imposible tabular el número exacto de civiles muertos, aunque los grupos de derechos humanos, la oficina del Procurador General de la República y la oficina del Inspector General han hecho estimaciones.

La oficina del Procurador General de la República está investigando 525 matanzas de civiles, la gran mayoría de los cuales ocurrieron desde 2002 y para en la cuá están implicados 706 soldados y funcionarios. La oficina tiene otros 500 casos que implican centenares más de víctimas que están aún por ser abiertos. La oficina del Inspector General, mientras tanto, está investigando 650 casos a partir de 2003 a mediados de 2007 que podría también implicar tanto como 1.000 víctimas, dijo a Carlos Arturo Gómez, el vice Inspector General.

“El año pasado, el número de quejas se disparó,” Gómez dijo. “Algunos han dicho que la causa podría ser los miembros militares sin escrúpulos que quieren demostrar resultados a través de operaciones falsas. Otros dicen que es el producto de la presión de los altos mandos, para empujar la obtención de resultados.”

La tendencia ha incitado la preocupación entre algunos miembros del congreso de los E.E.U.U. como el Sen. Patrick J. Leahy (D-Vt.), presidente del subcomité de operaciones extranjeras y de apropiaciones del senado, dijo que él está conteniendo 23 millones de dolares en ayuda militar hasta que él vea progreso en la lucha contra la impunidad y la violencia patrocinada por el estado.

“Hemos tenido en seis años, 5 mil millones de dolares en ayuda de los E.E.U.U. Más de la mitad de los mismos ha ido a los militares colombianos, y encontramos que el ejército está matando a más civiles, no menos,” Leahy dijo en una entrevista. “Y por todas las informaciones, toda las informaciones independientes, encontramos que los civiles sencillamente los estan eliminando, se están asesinando y después se están vistiendo los civiles con uniformes así pueden ser contados como guerrilleros muertos.”

Frente a una cadena de éxitos recientes contra el FARC, el gobierno de presidente Álvaro Uribe se ha defendido contra las acusaciones y afirma que es parte de una campaña internacional diseñada para desacreditar las fuerzas armadas.

No obstante, el ministro de defensa Juan Manuel Santos reconoce muertes civiles y ha iniciado una serie de pasos que incluyan las nuevas reglas de enfrentamiento, asignando a inspectores a las unidades de combate para aconsejar a los comandantes en el uso de la fuerza y mejorando el entrenamiento en derechos humanos para los soldados.

El militar también ha estado agilizando su sistema de justicia y la transferencia de más casos a la oficina del Procurador General de la República, que las Naciones Unidas dicen debe tener un mayor papel para poder eliminar las ejecuciones extrajudiciales. La oficina del Procurador General de la República dijo que han detenido a más de 200 miembros las fuerzas armadas siendo investigados por su implicación en las matanzas de civiles, con 13 condenados el año pasado.

“He dicho esto muy claramente: El soldado que realiza un crimen es un criminal, y lo tratarán como criminal,” Santos dijo.

Santos también ha mencionad, en discursos y reuniones, que la política anti-guerrillera del ejército se debe centrar más en la generación de abandonos que acumulando muertes del combate, el método tradicional de medir éxito. “He dicho a todos mis soldados y policías que prefiero a un guerrilla desmovilizada, o un guerrilla capturado, a un guerrilla muerto,” señaló Santos.

Pero los generales reformadores se han tropezado con los generales influyentes del ministerio de defensa que han defendido a los oficiales acusados de asesinatos y favorecen una estrategia más tradicional para derrotar a los rebeldes.

Esto significa darle a los comandantes en el campo la autonomía y la inculcación de una filosofía que favorece el enfrentamiento rápido con los rebeldes.

¿“Cuál es el resultado de las ofensivas? Combate,” dijo el General Mario Montoya, cabeza del ejército de Colombia, en una entrevista. “Y si hay combate, va a haber muertos en el combate.”

Los grupos de derechos humanos observan una tendencia preocupante, debido a que las táctica usadas por algunas unidades del ejercito son similares a las que los escuadrones de la muerte utilizaban para aterrorizar a civiles. Un investigador jefe de las Naciones Unidas dijo que algunas unidades del ejercito fueron tan lejos como para llevar "gatitos" que incluyeron las granadas y las pistolas que se podrían plantar al lado de cuerpos.

“El método de matar a la gente percibida como colaboradores de l aguerrilla todavía se considera como legítimo por demasiados miembros del ejército,” dijo a Lisa Haugaard, director del grupo de trabajo de América latina, una coalición con sede en Washington de grupos humanitarios.

Después de que ella se entrevistara con a un número de familias de víctimas, ella determinó que en muchos de los casos los soldados “parecían ir en misiones, no accidentalmente detenian y asesinaban a personas,” dijo.

El oficial más alto implicado en matanzas extrajudiciales es Coronel Hernan Mejia.

Un sargento del ejército retirado que estaba bajo comando de Mejia, Edwin Guzman, contaba de nuevo en una entrevista cómo la unidad de Mejia mataba a granjeros campesinos, los vestía para arriba en trajes de combate y posteriormente llamaba a reporteros del diario local para escribir sobre el supuesto combate que había ocurrido.

Guzman, ahora un testigo del gobierno contra Mejia, dijo participaron los soldados porque sabían que el ejército dio desde incentivos de pago adicional hasta días libres para asesinatos masivos en combate. “Esto es porque el ejército da los premios por las matanzas, no por el control del territorio,” dijo.

Entre ésos tomados como muertos en combate aquí en San Francisco está Rodrigo Albeiro Jiménez, 23, granjero que acababa de ser padre cuando una patrulla del ejército el 19 de octubre de 2004 lo detuvo. Los soldados detuvieron a Jiménez -- nunca fue establecido exactamente porqué -- y dejaron ir a sus compañeros.

Los otros granjeros dijeron a investigadores que entonces oyeron disparos.

Horas más adelante, su esposa, Marelbi Quintero, recibió la noticia: Jiménez había sido asesinado, muerto en combate por un pelotón local.

“Pusieron un arma en su mano y no sé cuántas granadas,” ella dijo. “Intentaron decir que él había hecho algo, o planeaba hacer algo.”

 
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