La historia no contadaAntes de escribir esta columna hablé con Yidis, quien admite que rompió el acuerdo y que estoy en libertad de revelar el video.
Por Daniel Coronell
Fecha: 05/abril/2008El sábado 7 de agosto de 2004, recibí una llamada inesperada. La congresista Yidis Medina me pedía una cita urgente. Aseguraba que tenía una información "de vida o muerte". No imaginé de qué se trataba. La había conocido, en mayo de ese mismo año, cuando el proyecto para permitir la reelección presidencial llegó a la comisión primera de la Cámara de Representantes, de la cual ella era integrante. El proyecto pasaba por un momento difícil. La comisión, de 35 parlamentarios, estaba muy dividida dos días antes de la votación. Dieciséis estaban a favor de la reelección, 16 en contra y tres permanecían indecisos.
Entre estos últimos estaba Yidis Medina, quien ocupaba una curul por estar en licencia su cabeza de lista. Las cuentas eran claras: si el gobierno conseguía el voto de dos indecisos, la reelección sería un hecho. O se hundiría, si la oposición lograba lo propio.
En vísperas de la votación, Yidis Medina se reunió con congresistas partidarios del 'No' y firmó que se opondría a la reelección. Sin embargo, a última hora, varió su decisión y su voto completó los 18 necesarios para la aprobación de la reforma.
El escándalo fue grande por el súbito cambio de bando de la representante santandereana y porque otro miembro de la comisión, Teodolindo Avendaño, desapareció justo a la hora de la decisión. Lo cual les permitió a los partidarios de la reelección ampliar a dos votos la diferencia.
Sin embargo, para agosto ya nada de eso era noticia. Yidis ya no actuaba como congresista porque el principal había retomado el escaño. Era vox populi que ni ella, ni Teodolindo, ni otros congresistas habían decidido desinteresadamente. Pero el tema se había enfriado.
Lo sorpresivo fue que Yidis llegó a mi oficina para decirme que venía recibiendo diversas amenazas, entre otras las de un conocido dirigente político, para que ella no presionara el cumplimiento del pacto que había efectuado a cambio de su voto.
De inmediato le pedí que me concediera una entrevista sobre las amenazas y la naturaleza del acuerdo que la llevó a votar como lo hizo. Ella replicó que lo contaría, pero no para publicarlo de manera inmediata. Propuso que grabáramos una declaración suya en la que relataría los hechos, y me pidió que la hiciera pública si algo malo le sucedía.
Acepté y al día siguiente -en presencia de un asesor de ella, una periodista y un camarógrafo de Noticias Uno- Yidis Medina hizo un relato pormenorizado de las razones que la llevaron a cambiar su decisión. Al final de la grabación, le pregunté -otra vez- cuándo podría hacerse público ese video. Fue entonces cuando, de manera inesperada, ella introdujo una nueva circunstancia para autorizar la publicación: "Si no me cumplen".
Durante estos casi cuatro años he mantenido inédito el video. Mientras la Corte Constitucional revisaba si el trámite de la reelección fue limpio y ajustado a las normas, consulté a dos maestros del periodismo, uno colombiano y uno extranjero. Les pregunté si, dado el impacto social y político que tendría la reelección, debería prevalecer el derecho de Colombia a saber lo que sucedió o el compromiso de sigilo con una fuente.
Los dos coincidieron en que no estaban dadas las condiciones de "catástrofe social" que relevan a un periodista de un acuerdo con la fuente. En consecuencia, el video sólo debía publicarse en tres circunstancias: si Yidis Medina sufría un atentado, o si le incumplían, o si ella misma hacía pública la información.
Pues bien, en las últimas semanas Yidis Medina, de manera directa y a través de una persona que está escribiendo un libro con ella, ha hecho pública la existencia -y parte del alcance- de esta información. Han dicho en varios medios que el video está en mi poder y que he guardado el sigilo profesional todos estos años. Dicen, además, que a ella no le dieron todo lo que le ofrecieron por su voto.
Antes de escribir esta columna hablé con la ex congresista, quien admite que rompió el acuerdo y que estoy en libertad de revelar el video. A pesar de eso, me pide dos semanas para arreglar asuntos familiares antes de que se publique la información.
El que paga por pecarEn su declaración, Yidis recuerda que después de votar por la reelección, ‘‘el presidente me llamó a agradecerme y a decirme que lo pactado sería cumplido’’
Por Daniel Coronell
Fecha: 19/abril/2008 El delito se llama cohecho. Lo comete el servidor público que recibe dádivas, o la promesa de que le serán otorgadas, a cambio de ejecutar acto propio de su cargo o de incumplir un deber. También incurre en cohecho quien da o quien ofrece esos beneficios a un servidor público. La ley establece que es tan grave dar como ofrecer y que la sola aceptación de la promesa configura el ilícito.
Pues bien, la ex representante a la Cámara Yidis Medina reveló -el 8 de agosto de 2004 y frente a una cámara de Noticias Uno- que decidió votar a favor del acto legislativo que permite la reelección presidencial a cambio de tres puestos específicos en el Magdalena Medio: el Seguro Social, el Sena y la Red de Solidaridad. Además, según ella, el gobierno le ofreció un consulado para un miembro de su grupo político.
Yidis involucra en estos ofrecimientos a Sabas Pretelt, ministro del Interior en ese momento; al entonces secretario general de la Presidencia, Alberto Velásquez; al ministro de Protección, Diego Palacio, y al propio Presidente de la República.
En su relato -grabado dos meses después del decisivo voto 18 en la comisión primera-, Yidis cuenta que los ofrecimientos empezaron en el despacho del secretario general de la Presidencia, Alberto Velásquez: "Cuando llegué a la oficina, me dijo: no doctora, pida lo que necesite que nosotros le vamos a cumplir, nosotros necesitamos que este proyecto de acto legislativo pase".
La conversación, en la que estuvo presente el principal de la lista de Yidis, Iván Díaz, fue interrumpida por la llegada del presidente Uribe: "Entonces ellos se fueron y yo me quedé con el Presidente. Entonces el Presidente me dijo que por favor lo ayudara, que mire que eso era hacer patria, que lo que se hablara con Alberto Velásquez y los compromisos y lo que yo pidiera, lo hablado y lo pactado sería cumplido, que él era un hombre de palabra, que era un hombre responsable".
Asegura la ex congresista que la negociación quedó en manos de dos altos funcionarios: "La orden fue dada por el Presidente y quien lo dijo fue el secretario general y el doctor Sabas que dijo que por encima de su cadáver se tenían que cumplir los compromisos de gobierno". Además de los tres cargos mencionados, según ella, el mandatario le hizo otra oferta: "Un consulado ofreció el Presidente, pero más para después".
Yidis añade que también habló de su voto con el ministro Diego Palacio: "Claro, con el Ministro de Protección Social hablamos, él pidió también colaboración. Él habló más con Teodolindo que conmigo. Pero sí, también intervino en esa decisión".
En su declaración, la ex parlamentaria recuerda que recibió una llamada importante, después de votar a favor de la reelección: "El Presidente me llamó al siguiente día, después de que votamos, a agradecerme y a decirme que todo lo hablado y lo pactado sería cumplido".
Al comenzar la grabación que contiene estos detalles -y algunos más- acordamos que el video se haría público si algo le sucedía a Yidis Medina. Sin embargo, cuando finalizaba la conversación, le pregunté nuevamente por las circunstancias que permitirían la publicación, ella, sorpresivamente, añadió otra: "En el evento que el gobierno no sea serio con sus compromisos"
Yidis públicamente ha declarado que no le cumplieron. Está surtida la condición puesta por ella misma. Aceptó, además, en reuniones que sostuvimos el 3 y el 6 de abril, que rompió el pacto. Sin embargo, el jueves pasado me mandó un mensaje buscando evitar la publicación.
Por el compromiso con la fuente mantuve inédito el video por tres años, ocho meses y 12 días. Pero ahora nada debe impedir que el país conozca esa verdad.
No disculpo a Yidis, pero entiendo su angustia. Es la más débil de todos los involucrados en la compra-venta de su voto. A ella la procesaría la Corte Suprema de Justicia, mientras que la suerte de Sabas Pretelt la decidirá su antiguo viceministro Mario Iguarán, coautor del proyecto de reelección, y al Presidente lo investigará la comisión de acusación de la Cámara, compuesta por 15 miembros, 10 de los cuales hacen parte de la coalición de gobierno.