Colombia: Uribe traicionó a sus aliados narcoparamilitares y los extradita a EEUU
El "Dr Varito" Uribe Vélez es un traidor patológico y por obtener su ansiado TLC es capaz de traicionar hasta a sus mas cercanos aliados políticos. Ya le tocó el turno a sus amigos Narcoparamilitares, quienes serán los próximos a ser traicionados por este siniestro personaje que funge como presidente de Colombia.
La Urgencia por firmar el TLC con EEUU, ha hecho que Uribe traicione a sus antiguos aliados. Este es el caso del narcoparamilitar Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, quién junto a sus antiguos compinches Salvatore Mancuso, Diego Murillo Bejarano alias Don Berna, Ramón Izasa alias El Viejo, Ernesto Baez alias El Loco, Raúl Emilio Hazbún Mendoza alias Pedro Bonito, Rodrigo Tovar Pupo alias Jorge40, y todo el resto de la cúpula de las AUC, incidieron el el resultado electoral que llevó a Uribe a la presidencia de Colombia y logró no solo la reelección del Doctor Varito (como se conoce a Uribe en el mundo del narcotráfico), sino que puso mas de la mitad de los miembros del congreso con sus tácticas de coacción sobre los votantes y de intimidación sobre los otros contendores políticos.
Uribe está fregado, una bola se la tienen agarrada los gringos y otra los paramilitares y cada uno aprieta cuando ven sus intereses en peligro.
El Dr Varito Uribe Vélez no respetó los pactos y la presión del congreso norteamericano pesó más que la amistad y los acuerdos políticos. Macaco fue uno de los que se agarró a puñetazos con Salvatore Mancuso cuando este había propuesto echarle dedo a todos los políticos involucrados en narcotráfico y paramilitarismo, incluyendo al propio Uribe.
La crisis colombiana se agudiza, ahora que la legitimidad del congreso está cuestionada, que todos los partidos de la coalición uribista han salido salpicados por la parapolítica y se han perdido varias curules, el gobierno intenta desesperadamente frenar el proyecto de reforma que le podría dar a Uribe la posibilidad de gobernar otro período, porque no tiene como obtener la mayoría necesaria y se augura una contundente derrota.
La legitimidad del presidente Uribe quedó en entredicho, luego que la congresista Yidis Medina confesó que el propio presidente le habría comprado el voto para que se aprobara la reeleción.
Amanecerá y veremos si Colombia logra deslastrarse de esta caterva de políticos corruptos y donde el narcotráfico, el paramilitarismo y las oligarquías quita y pone a su antojo, alcaldes, gobernadores y hasta presidentes. Esto es según Bush, una auténtica democracia.
Saludos...Moliere.
A continuación la reseña noticiosa via Semana.com
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La Urgencia por firmar el TLC con EEUU, ha hecho que Uribe traicione a sus antiguos aliados. Este es el caso del narcoparamilitar Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, quién junto a sus antiguos compinches Salvatore Mancuso, Diego Murillo Bejarano alias Don Berna, Ramón Izasa alias El Viejo, Ernesto Baez alias El Loco, Raúl Emilio Hazbún Mendoza alias Pedro Bonito, Rodrigo Tovar Pupo alias Jorge40, y todo el resto de la cúpula de las AUC, incidieron el el resultado electoral que llevó a Uribe a la presidencia de Colombia y logró no solo la reelección del Doctor Varito (como se conoce a Uribe en el mundo del narcotráfico), sino que puso mas de la mitad de los miembros del congreso con sus tácticas de coacción sobre los votantes y de intimidación sobre los otros contendores políticos.Uribe está fregado, una bola se la tienen agarrada los gringos y otra los paramilitares y cada uno aprieta cuando ven sus intereses en peligro.
El Dr Varito Uribe Vélez no respetó los pactos y la presión del congreso norteamericano pesó más que la amistad y los acuerdos políticos. Macaco fue uno de los que se agarró a puñetazos con Salvatore Mancuso cuando este había propuesto echarle dedo a todos los políticos involucrados en narcotráfico y paramilitarismo, incluyendo al propio Uribe.
La crisis colombiana se agudiza, ahora que la legitimidad del congreso está cuestionada, que todos los partidos de la coalición uribista han salido salpicados por la parapolítica y se han perdido varias curules, el gobierno intenta desesperadamente frenar el proyecto de reforma que le podría dar a Uribe la posibilidad de gobernar otro período, porque no tiene como obtener la mayoría necesaria y se augura una contundente derrota.
La legitimidad del presidente Uribe quedó en entredicho, luego que la congresista Yidis Medina confesó que el propio presidente le habría comprado el voto para que se aprobara la reeleción.
Amanecerá y veremos si Colombia logra deslastrarse de esta caterva de políticos corruptos y donde el narcotráfico, el paramilitarismo y las oligarquías quita y pone a su antojo, alcaldes, gobernadores y hasta presidentes. Esto es según Bush, una auténtica democracia.
Saludos...Moliere.
A continuación la reseña noticiosa via Semana.com
A medianoche el gobierno colombiano extraditó a alias Macaco a Estados Unidos, donde será juzgado por narcotráfico y por apoyar grupos terroristas.
Fecha: 07/05/2008 -
Según el comunicado, Carlos Mario Jiménez, Macaco, líder paramilitar encarcelado, fue enviado a Estados Unidos en un avión Superking 350 de la DEA, desde Bogotá, haciendo escala en Miami antes de llegar a Washington. No se ofrecieron otros detalles.
El pasado 24 de agosto el gobierno dijo que Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, había continuado delinquiendo desde la cárcel, después de haberse desmovilizado y de haberse acogido a la Ley de Justicia y Paz. Por eso dedujo que Macaco debía perder los beneficios que da la Ley, y tenía que responder por sus delitos como cualquier delincuente.
Pero no es claro que el gobierno tenga la potestad para retirar a Macaco, ni a cualquier otro desmovilizado que el mismo gobierno haya postulado a la Ley de Justicia y Paz. Este es un vacío que dejó la ley, y que ha sido ocupado por decisiones de la Corte en las cuáles ha sostenido que, una vez el gobierno ha postulado a un ex paramilitar a Justicia y Paz, no puede retirarlo, pues es asunto de la justicia determinar si cometió o no delitos. Ahora el gobierno ha sacado un decreto que intenta reglamentar la Ley para poder retirar a los postulados. Es probable que entre en choque con la jusrisprudencia sentada hasta ahora.
El primero que el gobierno quiere retirar de la Ley de Justicia y Paz es precisamente a Macaco, ex comandante militar del Bloque Central Bolívar (Bcb) de las autodefensas, para poderlo extraditar. Las Cortes ya han dicho que mientras que esté adentro del proceso de Justicia y Paz, este ex jefe paramilitar deberá responder primero por los delitos atroces que cometió en contra de sus connacionales y luego sí podría ser extraditado.
¿Cuál es el riesgo de seguridad que presenta Macaco para el país, cuando el gobierno se está dando una pela jurídica tan grande para poderlo extraditar? Semana.com buscó ahondar en estos motivos.
Macaco, un problema de orden público
Las pruebas de que Macaco ha continuado delinquiendo desde la cárcel son varias. En un allanamiento a las celdas de los paramilitares en la cárcel de Itaguí en agosto de 2007, la policía encontró dinero y armas en las celdas de los jefes. Unos días después las autoridades también lograron ubicar a una de las redes de narcotráfico de Macaco, gracias a conversaciones telefónicas desde la cárcel que lo implicaban.
Adicionalmente, en una entrevista que hizo hace unas semanas, la revista Semana a David Hernández, un ex paramilitar del BCB, aseguró que Macaco seguía manejando sus negocios de cocaína desde la celda, haciendo alianzas con otros narcos y grupos armados al margen de la ley como las Farc y el Eln y ordenando asesinatos selectivos.
La última prueba de los alcances del poder mafioso de Macaco parecen venir del computador de Reyes. En una carta enviada en enero de este año y firmada por Rodrigo Londoño Echeverri, alias ‘Timoleón Jiménez’, le informa al Secretariado de los nexos que tienen con la gente de Macao en el Bajo cauca y Sur de Bolívar para fines del narcotráfico, pero menciona que los hombres de Macaco son completos “mercenarios” e incluso se ofrecen para “desarrollar actividades militares logísticas” y que tienen relaciones con la policía y algunos mandos del Ejército.
Con estos antecedentes que dan cuenta de la continuidad de Macaco en acciones ilegales, el gobierno ha buscado presionar para que se logre la extradición. El propio presidente Uribe dijo la semana pasada que “es más firme el Estado que extradita que el que deja de extraditar”. Pero el argumento de la comodidad es más convincente que el de la firmeza de un Estado.
Al gobierno le conviene la extradición de Macaco, porque se ha convertido en una figura difícil de controlar. Aún con Macaco en una cárcel de máxima seguridad, el gobierno no ha podido frenar su poder mafioso. Y, al parecer es tal ese poder, que pone en riesgo incluso los logros de la política de Seguridad Democrática.
Sergio Caramagna, jefe de misión de la OEA en Colombia dijo que su misión no cuestiona ni opina frente a las decisiones del gobierno en el tema de la extradición de los jefes paramilitares, pero dice que no hay ni un solo jefe paramilitar que no le tema a la extradición.
El que el gobierno utilice la amenaza de la extradición para que los jefes confiesen y revelen la verdad de los crímenes que han cometido, tal vez funcione con otros ex paramilitares, pero la amenaza de la extradición para que Macaco diga más de lo poco que ha revelado es cuestionable.
La duda de que la justicia colombiana sea realmente capaz de meter en cintura a estos criminales poderosos y, si no cumplen con las víctimas, sean juzgados severamente por sus crímenes atroces en Colombia, es lo que lleva a defender el argumento de que es mejor extraditarlo a Estados Unidos a donde no podrá seguir delinquiendo y la justicia sí lo hará pagar penas severas.
El temor, sin embargo es que al ser extraditado, Macaco termine llegando a un acuerdo a través de sus abogados para lograr unas condiciones favorables. No tendría que confesar mucho más de lo poco que ha dicho en el proceso de justicia y paz, sino simplemente revelar información importante de rutas y narcotraficantes de México y Venezuela. Con esto podría terminar cumpliendo una condena que le permita salir en un par de años. Y los crímenes de lesa humaniodad por los que pueda ser responsable quedarían impunes.
Decidida la extradición de Macaco
La decisión del gobierno se produjo horas después que el Consejo Superior de la judicatura revocara este martes por la tarde un fallo que suspendía temporalmente la extradición del detenido. Con esta decisión se revocó el fallo del Consejo Seccional de Cundinamarca que recomendaba diferir la extradición de Macaco, hasta que le respondiera a la justicia colombiana, y que fue apelada por el Gobierno.
La decisión fue anunciada por el magistrado Angelino Lizcano, presidente de esta sala disciplinaria que es integrada por siete miembros.
"Esta instancia judicial revoca y declara improcedente la tutela; se ordena en consecuencia dejar sin efectos las ordenes impartidas (por el Consejo Seccional)", leyó Lizcano.
El magistrado agregó que se tomó la decisión porque consideran que la extradición no detiene los procesos judiciales contra Macaco y que las víctimas tienen otros mecanismos para demandar la justicia, la verdad y la reparación.
El fallo del martes era inapelable y sólo era posible que otra corte lo revise, pero tales verificaciones pueden demorar meses, con lo cual el gobierno de Uribe tenía legalmente la facultad de extraditar a Jiménez casi de inmediato, como efectivamente lo hizo. Sin embargo, el abogado Iván Cepeda, del movimiento de víctimas que interpuso la tutela, dijo a Semana.com que esta es solo una escaramuza dentro de una larga batalla y que pedirán a la Corte Constitucional que revise la tutela así ya Macaco haya sido llevado a Estados Unidos.
Agregó que diferentes movimientos de víctimas han estudiado los mecanismos para exigir que Macaco responda por sus crímenes y que han establecido contactos con otras organizaciones en el mundo para recibir apoyo.
Jiménez, de 42 años, estaba detenido en la cárcel de Cómbita, en el departamento de Boyacá, a unos 100 kilómetros al norte de Bogotá.
Las autoridades estadounidenses solicitaron la extradición de Jiménez a mediados del 2007 por el presunto tráfico de al menos cinco kilogramos de cocaína a los Estados Unidos.
Antes de dejar sus armas y entregarse a las autoridades en diciembre del 2006, Jiménez estaba acusado de ordenar masacres y de traficar toneladas de cocaína a Estados Unidos como jefe de una de las mayores bandas paramilitares colombianas, el llamado "Bloque Central Bolívar".
"Lamentamos la decisión, pero es la decisión de la justicia", dijo a la agencia AP el abogado Alirio Uribe, del Movimiento Nacional de Víctimas, Movice.
A nombre del Movimiento Nacional de Víctimas, ong que apoya a las personas afectadas por el conflicto colombiano, el abogado Uribe presentó su pedido alegando que si el jefe paramilitar era entregado a Estados Unidos, las familias de víctimas en Colombia no podrán conocer la verdad sobre el paradero de muertos y desaparecidos a manos de grupos paramilitares.
Pero el Consejo Superior consideró que aún quedan instancias para conseguir esa reparación, como que fiscales colombianos viajen eventualmente a Estados Unidos e interroguen al detenido, así como que el propio estado siga las investigaciones judiciales a través de los tribunales penales.
"El hecho que alias 'Macaco' sea extraditado a los Estados Unidos no... (impide) el deber del estado de continuar adelantando todas las investigaciones y procesos en su contra por los delitos que cometió en el territorio nacional y reparar los daños", dijo el magistrado al leer el fallo.
Fecha: 07/05/2008 -
Según el comunicado, Carlos Mario Jiménez, Macaco, líder paramilitar encarcelado, fue enviado a Estados Unidos en un avión Superking 350 de la DEA, desde Bogotá, haciendo escala en Miami antes de llegar a Washington. No se ofrecieron otros detalles.
El pasado 24 de agosto el gobierno dijo que Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, había continuado delinquiendo desde la cárcel, después de haberse desmovilizado y de haberse acogido a la Ley de Justicia y Paz. Por eso dedujo que Macaco debía perder los beneficios que da la Ley, y tenía que responder por sus delitos como cualquier delincuente.
Pero no es claro que el gobierno tenga la potestad para retirar a Macaco, ni a cualquier otro desmovilizado que el mismo gobierno haya postulado a la Ley de Justicia y Paz. Este es un vacío que dejó la ley, y que ha sido ocupado por decisiones de la Corte en las cuáles ha sostenido que, una vez el gobierno ha postulado a un ex paramilitar a Justicia y Paz, no puede retirarlo, pues es asunto de la justicia determinar si cometió o no delitos. Ahora el gobierno ha sacado un decreto que intenta reglamentar la Ley para poder retirar a los postulados. Es probable que entre en choque con la jusrisprudencia sentada hasta ahora.
El primero que el gobierno quiere retirar de la Ley de Justicia y Paz es precisamente a Macaco, ex comandante militar del Bloque Central Bolívar (Bcb) de las autodefensas, para poderlo extraditar. Las Cortes ya han dicho que mientras que esté adentro del proceso de Justicia y Paz, este ex jefe paramilitar deberá responder primero por los delitos atroces que cometió en contra de sus connacionales y luego sí podría ser extraditado.
¿Cuál es el riesgo de seguridad que presenta Macaco para el país, cuando el gobierno se está dando una pela jurídica tan grande para poderlo extraditar? Semana.com buscó ahondar en estos motivos.
Macaco, un problema de orden público
Las pruebas de que Macaco ha continuado delinquiendo desde la cárcel son varias. En un allanamiento a las celdas de los paramilitares en la cárcel de Itaguí en agosto de 2007, la policía encontró dinero y armas en las celdas de los jefes. Unos días después las autoridades también lograron ubicar a una de las redes de narcotráfico de Macaco, gracias a conversaciones telefónicas desde la cárcel que lo implicaban.
Adicionalmente, en una entrevista que hizo hace unas semanas, la revista Semana a David Hernández, un ex paramilitar del BCB, aseguró que Macaco seguía manejando sus negocios de cocaína desde la celda, haciendo alianzas con otros narcos y grupos armados al margen de la ley como las Farc y el Eln y ordenando asesinatos selectivos.
La última prueba de los alcances del poder mafioso de Macaco parecen venir del computador de Reyes. En una carta enviada en enero de este año y firmada por Rodrigo Londoño Echeverri, alias ‘Timoleón Jiménez’, le informa al Secretariado de los nexos que tienen con la gente de Macao en el Bajo cauca y Sur de Bolívar para fines del narcotráfico, pero menciona que los hombres de Macaco son completos “mercenarios” e incluso se ofrecen para “desarrollar actividades militares logísticas” y que tienen relaciones con la policía y algunos mandos del Ejército.
Con estos antecedentes que dan cuenta de la continuidad de Macaco en acciones ilegales, el gobierno ha buscado presionar para que se logre la extradición. El propio presidente Uribe dijo la semana pasada que “es más firme el Estado que extradita que el que deja de extraditar”. Pero el argumento de la comodidad es más convincente que el de la firmeza de un Estado.
Al gobierno le conviene la extradición de Macaco, porque se ha convertido en una figura difícil de controlar. Aún con Macaco en una cárcel de máxima seguridad, el gobierno no ha podido frenar su poder mafioso. Y, al parecer es tal ese poder, que pone en riesgo incluso los logros de la política de Seguridad Democrática.
Sergio Caramagna, jefe de misión de la OEA en Colombia dijo que su misión no cuestiona ni opina frente a las decisiones del gobierno en el tema de la extradición de los jefes paramilitares, pero dice que no hay ni un solo jefe paramilitar que no le tema a la extradición.
El que el gobierno utilice la amenaza de la extradición para que los jefes confiesen y revelen la verdad de los crímenes que han cometido, tal vez funcione con otros ex paramilitares, pero la amenaza de la extradición para que Macaco diga más de lo poco que ha revelado es cuestionable.
La duda de que la justicia colombiana sea realmente capaz de meter en cintura a estos criminales poderosos y, si no cumplen con las víctimas, sean juzgados severamente por sus crímenes atroces en Colombia, es lo que lleva a defender el argumento de que es mejor extraditarlo a Estados Unidos a donde no podrá seguir delinquiendo y la justicia sí lo hará pagar penas severas.
El temor, sin embargo es que al ser extraditado, Macaco termine llegando a un acuerdo a través de sus abogados para lograr unas condiciones favorables. No tendría que confesar mucho más de lo poco que ha dicho en el proceso de justicia y paz, sino simplemente revelar información importante de rutas y narcotraficantes de México y Venezuela. Con esto podría terminar cumpliendo una condena que le permita salir en un par de años. Y los crímenes de lesa humaniodad por los que pueda ser responsable quedarían impunes.
Decidida la extradición de Macaco
La decisión del gobierno se produjo horas después que el Consejo Superior de la judicatura revocara este martes por la tarde un fallo que suspendía temporalmente la extradición del detenido. Con esta decisión se revocó el fallo del Consejo Seccional de Cundinamarca que recomendaba diferir la extradición de Macaco, hasta que le respondiera a la justicia colombiana, y que fue apelada por el Gobierno.
La decisión fue anunciada por el magistrado Angelino Lizcano, presidente de esta sala disciplinaria que es integrada por siete miembros.
"Esta instancia judicial revoca y declara improcedente la tutela; se ordena en consecuencia dejar sin efectos las ordenes impartidas (por el Consejo Seccional)", leyó Lizcano.
El magistrado agregó que se tomó la decisión porque consideran que la extradición no detiene los procesos judiciales contra Macaco y que las víctimas tienen otros mecanismos para demandar la justicia, la verdad y la reparación.
El fallo del martes era inapelable y sólo era posible que otra corte lo revise, pero tales verificaciones pueden demorar meses, con lo cual el gobierno de Uribe tenía legalmente la facultad de extraditar a Jiménez casi de inmediato, como efectivamente lo hizo. Sin embargo, el abogado Iván Cepeda, del movimiento de víctimas que interpuso la tutela, dijo a Semana.com que esta es solo una escaramuza dentro de una larga batalla y que pedirán a la Corte Constitucional que revise la tutela así ya Macaco haya sido llevado a Estados Unidos.
Agregó que diferentes movimientos de víctimas han estudiado los mecanismos para exigir que Macaco responda por sus crímenes y que han establecido contactos con otras organizaciones en el mundo para recibir apoyo.
Jiménez, de 42 años, estaba detenido en la cárcel de Cómbita, en el departamento de Boyacá, a unos 100 kilómetros al norte de Bogotá.
Las autoridades estadounidenses solicitaron la extradición de Jiménez a mediados del 2007 por el presunto tráfico de al menos cinco kilogramos de cocaína a los Estados Unidos.
Antes de dejar sus armas y entregarse a las autoridades en diciembre del 2006, Jiménez estaba acusado de ordenar masacres y de traficar toneladas de cocaína a Estados Unidos como jefe de una de las mayores bandas paramilitares colombianas, el llamado "Bloque Central Bolívar".
"Lamentamos la decisión, pero es la decisión de la justicia", dijo a la agencia AP el abogado Alirio Uribe, del Movimiento Nacional de Víctimas, Movice.
A nombre del Movimiento Nacional de Víctimas, ong que apoya a las personas afectadas por el conflicto colombiano, el abogado Uribe presentó su pedido alegando que si el jefe paramilitar era entregado a Estados Unidos, las familias de víctimas en Colombia no podrán conocer la verdad sobre el paradero de muertos y desaparecidos a manos de grupos paramilitares.
Pero el Consejo Superior consideró que aún quedan instancias para conseguir esa reparación, como que fiscales colombianos viajen eventualmente a Estados Unidos e interroguen al detenido, así como que el propio estado siga las investigaciones judiciales a través de los tribunales penales.
"El hecho que alias 'Macaco' sea extraditado a los Estados Unidos no... (impide) el deber del estado de continuar adelantando todas las investigaciones y procesos en su contra por los delitos que cometió en el territorio nacional y reparar los daños", dijo el magistrado al leer el fallo.
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