Mi perfil...

Hola soy Moliere, un perro en la red. Mi raza es Golden Retriever, aunque no le paro a eso porque perro es perro. Soy humanista y de izquierdas, por lo que se me puede catalogar como revolucionario y anti imperialista. Tengo un gran olfato político, lo que me ha consagrado como analista y generador de escenarios predictivos. Como soy perro, entro a todos lados como perro por su casa...

Más sobre mi...

...esto si que me ha dado algunas ventajas comparativas. He creado un Blog porque la gente desconoce el punto de vista perruno, no saben que opinamos de la política, del arte y la farándula, de la ciencia y la cultura, desconocen cuales son las cosas que nos hacen reír o entristecer. Si señor, de ahora en adelante... hay un perro en la red.

Una carta triste, enviada por un amigo

Estimado amigo Moliere espero estes bien, más nunca supé de ti pero ya que encontré tu correo quisiera contarte la historia de mi vida:

Semana 01: Hoy cumplí una semana de nacido, ¡Qué alegría a ver llegado a este mundo!

Mes 01: Mi mama me cuida muy bien, es una mama ejemplar.

Mes 03: Hoy me separaron de mi mama. Ella estaba muy inquieta y con sus ojos me dijo adiós. Esperando que mi “familia humana” me cuidara tan bien como ella lo había hecho.


Mes 04: He crecido rápido, todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mi son como “hermanitos”. Somos muy inquietos, ellos me jalan la cola, y yo les muerdo jugando.

Mes 05: Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice “pipi” adentro de la casa; pero nunca me habían dicho dónde debo hacerlo. Además duermo en la recámara… ¡Y ya no me aguantaba!

Mes 12: Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Que orgulloso se deben sentir de mí.

Mes 13: Qué mal me sentí hoy. Mi “hermanito” me quito la pelota. Yo nunca agarro sus juguetes, así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron casi sin poderme mover. Dicen que me van a tener en observación y que soy un ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.

Mes 15: Ya nada es igual vivo en la azotea. Me siento muy solo mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo techo que me cobije.

Mes 16: Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó y me puse tan contento que daba saltos de gusto. Mi rabo se movía sin detenerse. Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacía la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro “día de campo”. No comprendo porqué cerraron la puerta y se fueron. ¡”Oigan, esperen“! ¡Se… se olvidan de mi! Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta que casi me desvanecía y ellos no se detenían… ¡Me habían olvidado!

Mes 17: He buscado en vano el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y en el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y sería leal como ninguno. Pero solo dicen: ¡Pobre perrito!, se ha de haber perdido.

Mes 18: El otro día pase por una escuela y vi mucho niños jóvenes como mis “hermanitos”. Me acerqué y un grupo de ellos, riéndose, me lanzaron una lluvia de piedras a ver quien tiene tenia mejor puntería. Una de esas piedras me lastimó el ojo y desde entonces ya no veo con el.

Mes 19: Parece mentira cuando estaba más bonito se compadecían más de mi. Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me sacan a escobazo cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.

Mes 20: Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los coches, no me arrollo. Según yo estaba en un lugar seguro llamado “cuneta”, pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se ladeo con tal de centrarme. Ojala me hubiera matado, pero solo me disloco la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultad me arrastré hacía un poco de hierba a la ladera del camino.

Mes 21: Tengo 10 días bajo el sol, la lluvia, el frió y sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quedé en un lugar húmedo y parece que hasta el pelo se me esta cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen: “no te acerques”.Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. “Pobre perrito, mira como te han dejado”, decía… junto a ella venía un señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: “Lo siento señora pero este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir”. A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió. Como pude moví el rabo y la miré agradeciéndole me ayudará a descansar. Solo sentí el piquete de la inyección y me dormí para siempre pensando en porque tuve que nacer si nadie me quería.



 
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