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Hola soy Moliere, un perro en la red. Mi raza es Golden Retriever, aunque no le paro a eso porque perro es perro. Soy humanista y de izquierdas, por lo que se me puede catalogar como revolucionario y anti imperialista. Tengo un gran olfato político, lo que me ha consagrado como analista y generador de escenarios predictivos. Como soy perro, entro a todos lados como perro por su casa...

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...esto si que me ha dado algunas ventajas comparativas. He creado un Blog porque la gente desconoce el punto de vista perruno, no saben que opinamos de la política, del arte y la farándula, de la ciencia y la cultura, desconocen cuales son las cosas que nos hacen reír o entristecer. Si señor, de ahora en adelante... hay un perro en la red.

El final de "Los Soprano"

Los que pronosticaron que el final de "The Sopranos" ("Los Soprano") daría que hablar tenían razón, a juzgar por la amplia, y apasionada, avalancha de reacciones hoy al último capítulo de la popular serie televisiva de mafiosos.

La entrega final de las andanzas de Tony Soprano (James Gandolfini) y sus compañeros de reparto -que se emitió el domingo por la noche a través del canal de cable HBO- había generado una expectación de las que hacen historia.

Valga como ejemplo el que revistas tan sesudas como "The New Yorker" y "The Economist" dedicaron extensos panegíricos a "Los Soprano", analizando los motivos de su éxito arrollador.

"The New Yorker" no dudó en calificar la serie como "el mayor logro en la historia de la televisión" y "The Economist" como un ejemplo del "poder blando" de los productos culturales y de entretenimiento estadounidenses, capaces de triunfar en las esquinas más recónditas del planeta.

Con ese ambiente, millones de espectadores se sentaron el domingo ante el televisor para decir adiós a Tony y compañía.

Y cuando todo parecía indicar que se acercaba lo inevitable: la muerte del entrañable y malévolo mafioso de Nueva Jersey, la pantalla se quedó vacía durante unos interminables segundos. Más de un telespectador, como recuerda hoy la crítica televisiva Nikki Finke, cedió a la desesperación, al creer que la maldita "caja boba" se había quedado sin señal en el momento fatídico.

Pero lo cierto es que ese abrupto "no final", que muestra a la hija de Tony entrando de forma apresurada en el restaurante en el que la esperan su padre, madre y hermano, mientras varios individuos sospechosos pululan por el local preparándose para... ¿matar a Tony?, fue la escena que tantos estaban esperando.

El resto hay que dejárselo a la imaginación de los telespectadores.

"El programa que todos amábamos merecía un entierro decente", señala hoy Finke en su página web "Deadline Hollywood Daily", al criticar el que, en lugar de eso, David Chase, el creador de la serie, optase por "un agujero negro".

"Que final tan ridículamente decepcionante y carente de creatividad para Los Soprano", señala una enfurecida Finke.

Mary McNamara califica hoy en "Los Angeles Times" el apoteósico momento como final "interruptus".

"Durante varios minutos agónicos, EEUU estuvo unido... al proferir todo tipo de blasfemias conocidas mientras millones de manos se abalanzaban sobre los mandos a distancia, al tiempo que compañeros y amigos gritaban: 'no, no lo toques'", señala hoy McNamara en referencia al trágico momento en el que la pantalla se queda en blanco, bueno, en realidad, en negro.

"Después de ocho años, (Chase) nos debía una catarsis, una especie de experiencia emocional que aunque no resumiese los enteros ocho años (de capítulos) nos dejase con algo más significativo que el pánico instantáneo o la irritación subsiguiente", afirma la crítica del rotativo californiano.

Más benevolente es "The New York Times", que cree que Chase logró satisfacer expectativas al desafiar las existentes y califica el final de "perfectamente imperfecto".

Por su parte, el diario "The Washington Post" caracteriza la apuesta como "no ortodoxa" y como una forma "ingeniosa" de acabar la serie y hacer que la familia Soprano entre en "la eternidad".

"Chase preparó a la audiencia para que esperase el asesinato, quizás de toda la familia Soprano (...) sentados en un nostálgico restaurante al viejo estilo americano preparándose para pedir la cena", dice hoy el crítico del "Post" Tom Shales, quien hace alusión a la presencia de "extraños amenazadores".

"Uno entra en el cuarto de baño, en una aparente referencia a un famoso tiroteo en 'El Padrino'", apunta Shales, quien describe como escasos momentos después, y con la canción "Don't Stop Believing" de fondo, los Soprano se desvanecen.

"No hubo tiros. No se especificó si todos murieron en la escena siguiente o si vivieron varios años más o si de hecho llegaron a viejos", prosigue el comentarista para quien "estos grandes personajes míticos que cautivaron a los espectadores de HBO durante casi una década, están ahora suspendidos en el espacio y en la imaginación nacional para siempre".

"Los Soprano" debutó en antena el 10 de enero de 1999 y se despidió ayer tras seis temporadas, 86 episodios, 18 premios Emmy y y cinco Globos de Oro.

Último episodio. Final de Los Sopranos:






 
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